martes, 24 de mayo de 2011

Notas periodísticas 2011


Nota aparecida en http://www.chacodiapordia.com/noticia.php?n=53793 sobre la actuación de la CNDC en Saenz Peña (Chaco).

Complejo Cultural Centro Chaqueño
Imponente show de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea

En el Complejo Cultural Centro Chaqueño, se presentó a sala llena la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, creada por la Secretaría de Cultura de la Nación. La Compañía presentó la obra Retazos pequeños de nuestra historia más reciente.

Dicha presentación se realizó en el marco del Encuentro Danza Libre XXI, que se lleva a cabo en Chaco – con Sáenz Peña como subsede-, Corrientes y Formosa.
Con el auditorio del teatro totalmente completo, el Ballet de Danza Contemporánea Nacional propuso una reflexión de la historia Argentina de los últimos 200 años, presentando en escena fragmentos de los momentos más oscuros de la historia del país




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Nota aparecida en http://www.lasrosasdigital.com.ar/cultura/1952-excelente-espectaculo-de-danza-  sobre la próxima actuación de la CNDC en Las Rosas.


El público colmó la sala del Teatro D´Annunzio para presenciar una expresión artística que en escasas ocasiones puede verse en la región: la Compañía Nacional de Danza Contemporánea. El grupo de bailarines, dependientes de la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación Argentina, puso sobre el escenario "Con(fé)fía)", de Luciana Benosilio y "Hamutay", de Laura Roatta. 
El espectáculo cubrió plenamente las expectativas de los presentes, que despidieron con vivas y un sostenido aplauso al elenco artístico dirigido por Bettina Quintá, Victoria Hidalgo y Ernesto Chacón Oribe.


Estos reconocidos bailarines fueron desvinculados, años atrás, del Teatro San Martín  por las autoridades del mismo, debido a un reclamo de sus derechos laborales. El hecho generó la decisión de seguir juntos el camino, para completar su desarrollo como artistas profesionales y preservar su intangible patrimonio: la dinámica grupal que adquirieron tras largo tiempo de trabajo conjunto.

Con esta motivación decidieron crear el grupo de danza independiente “Nuevos Rumbos” cuyo objetivo fue promover la inclusión de la danza contemporánea en la sociedad, como así también darle la oportunidad a la sociedad contemporánea argentina de expresarse, conmoverse y verse representada (con sus problemáticas, sus historias, sus diversas voces y visiones) a través de este arte. La Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación Argentina, observando su trayectoria artística individual y desempeño grupal, resolvió contratarlos para integrar e iniciar la “Compañía Nacional de Danza Contemporánea” (en un principio llamada Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación).

"Hamutay"

La obra que pudieron observar los rosenses, trata de símbolos y dioses, que más allá del tiempo y del espacio, configuran un universo de creencias donde conviven lo sagrado y lo profano. Representan, a través de la abstracción de rituales pertenecientes a la cosmovisión de los pueblos originarios, la adoración a los 4 elementos: agua, tierra, fuego y aire.
Ceremonias iniciáticas, como la de la pubertad femenina, donde la niña –mujer es purificada por medio del agua, en una representación de los ciclos de la vida; la adoración a la madre tierra que es a un mismo tiempo la fecundidad, el origen y a donde la vida regresa cuando concluye; el fuego como símbolo de dualidad cielo-tierra, hombre- mujer y el viento portador de los sueños y los pensamientos.
Es a través de estos  rituales, que  el hombre tiende a humanizar con un toque místico, la desacralización de la vida, que avanza implacable

domingo, 13 de febrero de 2011

Notas periodísticas 2009 - 2010




Viernes, 10 de diciembre de 2010
Bailar con Compromiso
Por Mariana Fernández Camacho
Durante el mes de noviembre, la Compañía Nacional de Danza Contemporánea se presentó a sala llena en el Teatro Cervantes. Tres de los bailarines fundadores hablaron con Balletin Dance del largo camino recorrido y de lo que vendrá
No hay mal que dure cien años ni que por bien no venga, dicen los refranes, y de eso pueden dar fe los integrantes de la primera Compañía Nacional de Danza Contemporánea, un proyecto que surgió a partir de una desvinculación laboral. Tres años después, los diez bailarines se presentaron a sala llena todos los fines de semana de noviembre en el Teatro Nacional Cervantes, dando cierre a un año que incluyó giras por el interior, dictado de clínicas y funciones en cárceles y fábricas recuperadas.
Es que la historia tiene un final feliz, pero no todas fueron rosas: luego de bailar en destacadas compañías nacionales e internacionales y tras haber compartido casi diez años en el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, seis integrantes del grupo fueron apartados por el director artístico. Lejos de amedrentarse, los bailarines decidieron mantenerse juntos para completar su desarrollo profesional y preservar un patrimonio intangible: la dinámica grupal adquirida.
Con esta motivación y el objetivo de promover la inclusión de la danza contemporánea en la sociedad, Ernesto Chacón Oribe, Pablo Fermani, Victoria Hidalgo, Bettina Quintá, Wanda Ramírez y Jack Syzard le presentaron un proyecto al entonces secretario de Cultura de Nación, José Nun. Al poco tiempo, los seis artistas fundaron la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, con una inédita dirección colegiada que fomenta que todos los integrantes puedan dar su opinión o visión del trabajo que están haciendo.
Ernesto Chacón Oribe: Tratamos de hacer más democrático el espacio de trabajo. Y esta forma hace que realmente el proyecto sea de todos, y no que para algunos sea un trabajo y nada más. Al ser algo colectivo, deja de ser un trabajo y casi se transforma en un proyecto personal, que mientras que en las compañías suele ser del director, acá es de cada integrante. Creo que lo estamos logrando. Tanto del personal técnico, como del administrativo y artístico. Colaboramos entre todos, por más que cada uno tenga su función, y prestamos atención a las necesidades del otro.
Chacón Oribe es uno de los tres directores junto a Bettina Quintá, ambos egresados del Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, y Victoria Hidalgo, profesora de danzas y egresada del Teatro San Martín. En la práctica, formar parte de la dirección significa quedarse todos los días entre cinco y seis horas más después de los ensayos cumpliendo el laborioso rol de gestionar. Pero, aunque no dejan de ser los tiempos burocráticos del Estado, los tres coinciden en que todo lo conseguido hasta el momento fue meteórico: la creación de la Compañía, el ingreso de bailarines y técnicos propios, la adquisición de derechos laborales y la cantidad y calidad de las obras.
Bettina Quintá: Por suerte, las autoridades que tenemos tienen mucha entereza. Es lógico, los tiempos son más lentos, pero somos escuchados y eso es muy importante. En el pasado no fuimos escuchados y cuando se trata de un monólogo es difícil contar algo, porque solo vale la palabra de una o dos personas.
Desde 1983, Mariela Queraltó es la responsable del Área de Danza de la Secretaría de Cultura de la Nación y ahora, además, coordina y participa de la gestión de este elenco nacional. Por su experiencia puede dar cifras de la titánica tarea realizada: “Lo que los chicos lograron en dos años, al Ballet Folklórico Nacional le ha costado quince. Entonces, si miramos para atrás, es lógico que estén agotados. Gestionar es muy árido, pero también es un aprendizaje”.
 

Con bombos y platillos

La presentación oficial de la Compañía fue el 26 de febrero de 2009 en su sede, el Centro Nacional de la Música y la Danza con la presencia de todos los ministros de Cultura de Latinoamérica, entre otras personalidades. En esa oportunidad se ofreció un programa mixto con coreografías propias y de Ramiro Soñez, y música de Ricardo Vilca, Astor Piazzolla, Raúl Malossetti y Francisco Canaro, dándole al evento un sello muy nacional.
ECO: Tratamos de que las obras se relacionen con lo argentino, ya sea a través de la música o de la temática: hablar de nuestra historia o de la geografía, por ejemplo. Siempre buscamos ese camino para encontrar alguna identidad nacional que nos caracterice.
MQ: Tiene obras de creación colectiva y otras pedidas especialmente. Retazos Pequeños de Nuestra Historia más Reciente, que estrenaron en el Cervantes, es de Daniel Payero, integrante de la Compañía.
BQ: Seguramente el año que viene hagamos solo obras propias y alguna reposición. No creo que se invite a coreógrafos de afuera, sino que vamos a hacer mirada hacia adentro, para experimentar más. Sobre todo porque tiene que ver con la danza contemporánea en sí misma, que rompe con las estructuras e investiga.
 

Agitado 2011

Son muchos los planes para el año próximo, pero, muy especialmente, hay un gran proyecto en la mira: presentar la obra La Patriótica.
ECO: Basada en un poema de Leopoldo Marechal que se llama La Patriótica, la estamos gestando con el Director de Música y Danza, Eduardo Rodríguez Arguibel. Ya está listo el argumento y durante el año próximo vamos a organizar la coreografía de manera colectiva. Ese es el gran proyecto 2011. Queremos que la obra sea un reflejo metafórico del nacimiento de nuestra patria: cómo nació, creció, las dificultades que ha tenido y plantear un futuro abierto.
BQ: Queremos reflejarlo desde la danza y dejarlo picando. Porque ese es nuestro rol social como artistas y esta compañía tiene esa impronta. Porque sino ¿para qué bailamos? ¿Para qué sostener una compañía de danza si no tenemos nada para llevar? El bailarín que esté acá tiene que entenderlo, no es que baila y se va, aunque en carga horaria sea eso.
Victoria Hidalgo: Tiene que haber un compromiso ideológico, porque la ideología del proyecto es muy fuerte. Entonces, para estar tenés que comprometerte.
Y ese es el mensaje que tendrán que difundir el año que viene, también, cuando organicen una audición para incorporar nuevos bailarines. La intención es sumar cuatro nuevos puestos: dos varones y dos mujeres, sobre todo para los segundos repartos.
VH: La gente que se presente estará enterada de cómo viene la mano y lo va a hacer a conciencia.
BQ: El que piensa que va a venir a ser primer bailarín se equivocó de Compañía. Acá somos todos primeros y todos últimos. Todos, todo.
VH: Claro, no hay figuras, porque la figura es la Compañía.
ECO: Y el trabajo colectivo.


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Reportaje publicado en el número 5 de la revista “Nuestra Cultura”  a las bailarinas Paula García Brunelli (integrante del Ballet del Teatro Argentino de La Plata) y Bettina Quintá (integrante, fundadora y codirectora de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea)
Clasico y contemporáneo, con Paula García Brunelli y Bettina Quintá
LA VIDA, EN PUNTAS DE PIE
Dos estilos, en dialogo. Bailarinas de profesión, Paula García Brunelli pone primera, día a día, para sumarse a las obras clásicas que presenta el Ballet del Teatro Argentino de La Plata, mientras Bettina Quintá, integrante de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, encarna mujeres con carácter del repertorio actual.
La historia comienza en el Colón. Empezó a bailar con apenas cuatro años de edad en el estudio de Mascha Pawlowa, una profesora rusa exiliada “por la guerra” que había decidido instalarse en Villa Ballester. Hoy a los 34, luego de un largo camino con los maestros Wasil Tupin y Olga Ferri, Bettina Quintá llegó a codirigir la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, que funciona bajo la órbita de la Secretaría de Cultura de la Nación.
El cuerpo es la herramienta; la vida, la danza. “Es importante empezar bien, porque si aprendés mal las posturas, podés dañar tu cuerpo”, cuenta sobre la suerte que tuvo de toparse con aquella maestra rusa. “Me decía: ´Tenés que ir al Colón´. Probaba y no podía entrar porque era alta. En el Colón odiaban a las altas”, recuerda. Con el cambio de director en el Instituto Superior de Arte del teatro, Quintá encontró un huequito para ingresar. “Mientras terminaba la escuela, ya estaba contratada como refuerzo en el Ballet Estable”.
Era en el estudio de Tupin donde Paula García Brunelli se cruzaba con Quintá. Hoy de 29, había cumplido los 10 años cuando empezó a estudiar danza. Un año después, y sin haber pegado el estirón todavía, ingresó al Colón. Allí completó la carrera, pero, al terminar octavo, el último año, no pudo unirse a la compañía.

BETTINA QUINTÁ
Integrante de la Compañía
Nacional de Danza
Contemporánea

Pronto las coincidencias saltaron la cordillera. Para las dos, Chile fue una posta obligada: se unieron al vecino Ballet Municipal de Santiago. Años después, el regreso a la Argentina marcó para Quintá el paso del mundo clásico al contemporáneo: “Volví al país y, en 99, empecé en el San Martín con Mauricio Wainrot”. Allí descubrió que le gustaba interpretar contemporáneo:  “No me hallaba bailando un pas de deux. Los roles de carácter me gustan más”. Y otro itinerario se impuso: “Estuve en el San Martín hasta que me echaron por pedir el cumplimiento de mis derechos laborales. Entonces, nos juntamos todos los despedidos y formamos el grupo Nuevos Rumbos. Luego presentamos un proyecto a la Secretaría de Cultura de la Nación para crear la Compañía de Danza Contemporánea que se formó en 2009”.
La vuelta de García Brunelli, aunque de pocos meses, fue en el difícil 2001. “El país estaba en crisis, era muy complicado conseguir trabajo, así que me fui a Europa. Entré en una compañía Clásica chiquita en Londres”. Tampoco allí encontró estabilidad laboral o cobros a tiempo. De nuevo en la Argentina, se largó a bailar tango. Recién en 2005 obtuvo un puesto seguro: “Se abrió un concurso en el Teatro Argentino de La Plata. Quedé seleccionada y ahí estoy desde entonces”.
VOCACIÓN EN DANZA
A la exigencia, ellas responden con pasión. “Por empezar una carrera demandante desde tan chica, tenés otra mentalidad.  Aprendés a seguir el caminito, y si no lo hacés por tu cuenta o no tenés a alguien que sepa guiarte, es muy difícil”, explica García Brunelli. “Cuando un adolecente ´normal´ sale de la secundaria y piensa qué es lo que quiere hacer, vos ya estás ´de vuelta´. Los 16 años son la edad ideal para entrar en una compañía. Uno sabe decidir desde muy chiquito”, redobla Quintá. Recibir miles de “no” en la vida y sortear obstáculos desde pequeñas son, según García Brunelli, los motivos que fortalecen la personalidad en el oficio. “La bailarina, por lo general, es una topadora. Conseguir trabajo no es fácil, es duro.”
Tutú, rodete y zapatillas de punta. ¿Muñequita de torta o mujer con protagonismo? La danza también supone una forma de moldear el cuerpo. Para García Brunelli, “la carrera es muy exigente en ese sentido, intenta nivelar, pero todos somos distintos. A mí me comparaban con chicas mucho más bajitas y delgaditas”. “en el clásico existe el estereotipo de los cuerpos etéreos, lánguidos y delgados. Cuando sos adolecente, esas cuestiones pesan, y si los adolecentes no tienen cierto tacto, se vuelve un problema”, comenta Quintá y agrega que el contemporáneo, en cambio, es más relajado porque la intención es mostrar el cuerpo de una mujer natural.
Distintas imágenes nacen de las coreografías de uno y otro estilo: “Cuando bailaba clásico, lo que menos me gustaba era esa idea de que todas las mujeres son bondadosas. Los coreógrafos piensan en mujeres que vuelan. En el imaginario, la bailarina clásica es liviana, delicada, con alas”, describe Quintá.
La clásica es la madre de todas las danzas: “Esa información básica te permite desarrollar cierto control del cuerpo que después te facilita otros tipos de movimientos totalmente distintos”, precisa García Brunelli. Con la mirada del contemporáneo Quintá comparte: “Te desestructura. Cuando ves a un bailarín clásico que te enloquece, lo que te deslumbra es como transita con su cuerpo a través de esa técnica”. “La técnica del clásico es antinatural: todo hacia afuera”, sintetiza García Brunelli. “Siempre comparo la danza con la ciencia. Es matemático: tenés que poner el cuerpo en determinado lugar, de determinada forma, y todo va bien”, explica Quintá.
Nuestra Cultura: Para los hombres, ¿El Ballet es más fácil o más difícil?
Quintá: Es más difícil. Y en seguida los tildan de gays. En los estudios hay veinte nenas por cada varón. En el clásico, como los movimientos son más alineados, se los ve afeminados. Nuestra sociedad es bastante machista y futbolera, entonces, es raro que hagan ballet. Últimamente, hay más varones que estudian contemporáneo, y como necesitan la técnica, estudian clásico después.
Bailar es un trabajo
“¿Trabajás de esto?”. Desde chica, García Brunelli escucha la misma pregunta lanzada con asombro, que le demuestra cada vez que, en la sociedad, el suyo es un trabajo que no termina de aceptarse. Encima, “no se puede ser bailarina toda la vida”, reconoce. “Muchos prefieren continuar dentro de la danza como coreógrafos o profesores. Yo encontré otro camino que me atrae más: el cine. Hoy, a través de la video-danza, puedo experimentar y unir las dos cosas”.
“Los bailarines independientes, para poder sostenerse económicamente, además de bailar, tienen que hacer otras cosas”, se resigna Quintá, aunque se siente afortunada por trabajar en el Estado. Con espíritu corporativo, ensaya: “Sería bueno generar nuevos espacios para que más bailarines argentinos tengan su lugar para trabajar. La carrera es corta. ¿Y qué hacés después? Por eso, es importante recuperar la jubilación. Si los bailarines nos concientizáramos de que el nuestro es un trabajo, tendríamos mejores condiciones laborales”.
EL MUNDO CAMBIA, EL BALLET ACOMPAÑA

PAULA GARCÍA BRUNELLI
Integrante del Ballet del Teatro Argentino de
La Plata

Aunque hoy sigue siendo un ámbito muy competitivo, todo tiempo pasado fue peor. “La sociedad cambió respecto del ballet”, asevera García Brunelli. “Antes sólo veía ballet la gente de plata. Mi abuela decía ´no tengo ropa para ir al ballet´. Ahora, cualquiera puede, y todos los bailarines hacen de todo. En el ballet clásico sucede lo mismo que en la sociedad: ya no es tan elitista. Hoy el trato es de igual a igual”, acompaña Quintá.
Nuetra Cultura: ¿Cuál es el recuerdo más lindo que conservan?
García Brunelli: La primera vez que subí a un escenario, me temblaban los deditos… era pura emoción.
Quintá: Cuando bailé por primera vez en el Colón a los 16 años. Además, son muy lindas las giras. Desde que estoy en la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, recorrimos lugares en los que se generaron situaciones muy emocionantes. Lo nuestros es una función social, el año pasado, fuimos a la cárcel de mujeres. Cuando terminamos de bailar había un gran silencio. Pensé: “Quiero bailar para esta gente. Si les puedo alegrar la vida…”.
García Brunelli: A veces, alegrás más a los que menos tienen.

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Nota de Analía Melgar publicada en el Diario Perfil 


COMPAÑÍA NACIONAL DE DANZA CONTEMPORÁNEA

BAILE CON PASO CAMBIADO

Ex bailarines del staff de Mauricio Wainrot del Teatro San Martín decidieron tras el vencimiento de sus contratos, cruzarse de vereda y montar una puesta a nivel nacional en cárceles, teatros y bibliotecas.

Entre finales de 2007 y comienzos de 2008 parte del staff del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, dirigido por Mauricio Wainrot, vio como, luego de 10 años, sus contratos quedaban sin efecto.
El enojo fue dando paso a la resignación y, luego, a nuevos proyectos. Sin embargo, decidieron seguir bailando juntos.
La Secretaría de Cultura de la Nación vio la oportunidad de iniciar con ellos una compañía de danza  contemporánea y los incluyó dentro de su jurisdicción. Mariela Queraltó, coordinadora del área danza, convenció a sus superiores: José Luis Castiñeira de Dios, Director Nacional de  las Artes, y Eduardo Rodriguez Arguibel, director de Música y Danza.

Charanda: Es una de las creaciones colectivas
de la flamante compañía. El ensayo, ahora en la sede
del Centro Nacional de la Música.

Así, en febrero de 2009, la compañía se inició con seis integrantes y desde Abril de 2010 ya son 10 bailarines, con cambio de nombre incluido: Compañía Nacional de Danza Contemporánea (CNDC): toda una declaración de pertenencia. Feliz de poder dedicarse sólo a componer y a bailar, ya se presentó en el Teatro Nacional Cervantes, en cárceles y paseos, y en giras por córdoba, Tucumán, Salta, Mendoza y Chaco. Todas sus actividades son gratuitas, con un promedio de 150 espectadores por función. Las instalaciones para ensayar y el financiamiento de las producciones están asegurados por la Secretaría de Cultura. Además de piezas hechas por los bailarines, ya se ha generado un repertorio con obras de coreógrafos invitados como Ramiro Soñez, Jorge Amarante y, ahora, Rakhal Herrero.

ELEGANTE Y TRANSFORMADORA

De este último, la creación La que sepamos todos se ve los miércoles de mayo a las 20:30 en el bello edificio de la antigua Biblioteca Nacional (México 564), hoy sede del Centro Nacional de la Música. Esta obra confirma no sólo la imaginación sutil, irónica y jocosa de Herrero, sino la capacidad de la CNDC para transformarse.
Luciana Benosilio, Juan Cid, Ernesto Chacón Oribe, Pablo Fermani, Diego Franco, Victoria Hidalgo, Virginia López, Daniel Payero, Bettina Quintá y Victoria Viberti -sin perder la técnica elegante, precisa y veloz, ganada en la escuela y Ballet del Teatro San Martín y reafirmada en las obras del 2009 de la CNDC -ahora demuestran un histrionismo inesperado. Así responden a las exigencias de esta obra brillante, muy Pina Baush, muy auténticamente nacional, con espíritu revisionista del Bicentenario impregnado entre los ritmos del himno, de payada y hasta de cumbia.

CONTRASTES DEL PRESENTE

Ernesto Chacón Oribe sostiene que la compañía impulsó el festejo de toda la comunidad de la danza, por todo lo que genera. “Tratamos de incluir diferentes coreógrafos y difundimos las obras de colegas independientes. Los colegas de la Ciudad se emocionan al vernos bailar tanto, porque a menudo pasan meses sin bailar. Lo que pasa es que existe un contraste importante”, admite. “Cuando se inaugure el Colón verán una sala maravillosa -amplía- pero los talleres fueron desmantelados. Pude entrar y ver las salas de escenografía y vestuario llenas de hongos y de agua.      Yo, que me formé en el Colón, me siento triste, porque esos talleres eran de artesanos que se transmiten los conocimientos de generación en generación. Ahora, si alguien necesita un zapato Luis XV, por mencionar un caso, no sé quien sabrá hacerlo, porque se está perdiendo un saber difícil de salvar en el futuro”.

Perfil / Analía Melgar

 
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Nota de Ale Cosín publicada en Alternativa Teatral (para conocer la nota completa con las opiniones de otros bailarines y coreógrafos ver el siguiente link: http://www.alternativateatral.com/nota505-la-cultura-vista-desde-la-danza-argentina )


La cultura vista desde la danza argentina / Por Ale Cosín


Para el cierre del año de la sección de danza en Alternativa Teatral, pensé en algo muy poco original, pero siempre irresistible (e imprescindible). Este artículo se basa en una encuesta que busca dar un panorama más o menos heterogéneo -y en principio escueto, pero imaginando que este espacio virtual es factible de ser modificado por quienes espontáneamente quieran sumar su reflexión- del estado de la cultura argentina durante 2010, visto desde la danza. 
No deja de ser pretencioso, pero es una licencia que, insisto, uno se permite a fin de año.
Hice una lista, también heterogénea, de protagonistas de la danza en la cultura (por supuesto que no sólo de Buenos Aires), pero meditando los nombres para que no resultara un mapeo hecho al boleo; Posiblemente haya sido un criterio elegido para tener que trabajar menos, al mismo tiempo que impedía abrir demasiado el campo de análisis. Sin embargo, a pesar de que contemplé convocar, al menos, a dos representantes de una variedad de áreas de actuación de la danza en la cultura durante, 2010 -desde la interpretación escénica hasta la docencia, pasando por la dirección hasta la gestión cultural-; tuve que aceptar finalmente que la mitad de los convocados no acusara recibo o no se animara a responder, a pesar de mi insistencia cuasi patotera.
Así y todo, las respuestas que llegaron fueron sumamente interesantes, sorprendentes, abarcadoras, y muchas veces emocionantes.
En el plano cultural, muchas de las respuestas giran en torno de un acontecimiento trascendente, como fue el festejo del Bicentenario.
Dentro del campo de la danza, uno de los temas que se reiteró fue la proliferación de pequeños grupos generando eventos o autoconvocándose para crear en equipo. Sin dudas, es una característica que se viene dando desde hace algunos años en el ámbito de la cultura y las artes en general, y en la danza en particular, originado por diversas causas -especialmente económicas- pero que denota la necesidad que existe de encontrarse entre pares, entre quienes reconocen identificaciones similares. Al mismo tiempo, esa proliferación de pequeños eventos y grupos que se autogestionan y sustentan, vislumbra la carencia de políticas culturales que los favorezcan, que los apoyen y que, al mismo tiempo, tomen la tarea de análisis de la problemática que conlleva esta abundancia. Estos puntos también fueron enumerados en varias de las respuestas de los personajes encuestados.
Ya me ocupé de bosquejar algún análisis posible en la nota pasada. Podríamos agregar que, salvo excepciones, la acción de estos grupos o colectivos no impacta socialmente, es decir que aparentemente éstos no pretenden producir un cambio, ni siquiera superficial, en la realidad sociocultural inmediata. Los objetivos están puestos principalmente en organizarse frente a la escasez de espacios o recursos o, con mayor énfasis, frente a la presencia errática de espectadores; pero también se trata de una afirmación estética grupal. Al mismo tiempo, la debilidad del impacto se produce por lo reducida que resulta la convocatoria. Sólo se pueden organizar multitudinarios eventos a través del Estado o de empresas que, en el mejor de los casos, si aparecen, censuran la experimentación o las estéticas menos populares. Por otra parte, eventos que se prolonguen en el tiempo más allá de una semana son prácticamente impensados.
Sin embargo, lo que más llama la atención entre las respuestas, es que todos los creadores y gestores vislumbran seguir creando, seguir produciendo, y que no esperan menos de sus colegas o compañeros. La proyección para el año que se avecina es una continuación de éste, una continuación de lo que ha sido el desarrollo de la danza y su inmersión en la cultura del país.
Otro tema que se asocia a los anteriores es la esperanza de concretar la ansiada Ley Nacional de Danza, o al menos leyes zonales que amparen, promuevan, proyecten la actividad de la danza.
Asimismo, no parece haber una preocupación reinante -siempre salvando excepciones- por integrarse, desde un trabajo real y meditado, a la cultura de la región. Quizá porque se supone que la globalización, como una gran marea, “lo hace por uno”, o porque se está convencido que si es tan complejo el trabajo desde el micro universo de la ciudad o del barrio hacia el interior del país, más difícil lo debe ser irradiar hacia los países vecinos y del continente. Tal que la cuestión es que se establece una relación del orden de lo mágico con el deseo de viajar y recibir colegas, y se pone en el tope del podio la salida a países más ricos que puedan completar lo que nuestro país no da.
Hasta acá algunos pensamientos que se desprenden de la lectura de las respuestas a la encuesta común. Ahora, sumo las respuestas, para que cada cual pueda sacar sus conclusiones, y sumar su reflexión.
Las dos consignas comunes fueron
1) Lo más importante, culturalmente hablando, en el año que se despide
2) Lo que viene, lo que viene, culturalmente hablando, durante 2011. 
Tras haber compartido diez años de experiencia artística en el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín; un grupo de reconocidos bailarines fue desvinculado por las autoridades de esa sala debido al reclamo de sus derechos laborales. La Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación Argentina los acogió en febrero de 2009. La Compañía Nacional de Danza Contemporánea (así se llama) cuenta con una dirección artística colegiada, una forma de conducción mucho más "contemporánea" y acorde a los tiempos democráticos que vivimos. Los actuales directores son: Bettina Quintá ,Victoria Hidalgo y Ernesto Chacón Oribe
“Lo más importante (culturalmente hablando) en el año que se despide han sido los festejos por el Bicentenario en donde las distintas formas de la cultura salieron a recorrer no sólo la 9 de Julio, sino que en todo el país hubo diversos festejos en los que fueron protagonistas la música, la danza, el teatro, la moda, el arte culinario, las colectividades, el arte gráfico, y un largo etc., que se unieron para apuntar, todos juntos y en el mismo momento, a un mismo objetivo.
Para la Compañía Nacional de Danza Contemporánea 2010 fue un año de mucho crecimiento. Se incrementó el número de bailarines de la Compañía de 6 a 10, se agregó 1 asistente coreográfico, el personal técnico subió de 3 a 5 personas (se incorporaron un sonidista y un maquinista) y se sumó una Secretaria. La Compañía duplicó la cantidad de funciones previstas, consiguió su primer ciclo de funciones en el Teatro Nacional Cervantes, realizó la segunda edición de su programa "Partido y Compartido. Por otro lado, se realizaron 8 coreografías nuevas para la Compañía Nacional de Danza Contemporánea y se repusieron 2 del repertorio 2009.
El próximo año llevará en sus espaldas todo este "despertar cultural” que se dio en 2010.
La Compañía Nacional de Danza Contemporánea continúa con el objetivo de hacer más funciones gratuitas en todo el país, de seguir incentivando la danza independiente (ahora en cada rincón de la Argentina, promocionando funciones desde nuestra página y compartiendo funciones con los grupos locales cuando la Compañía sale de gira) y de seguir en la búsqueda de una danza contemporánea que nos identifique como argentinos y sudamericanos”.

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Argentina. Buscar unos aires propios del país

Entrevista a Rakhal Herrero. Llevó adelante la audaz coreografía de "La que sepamos todos" en alusión al Bicentenario.
La Compañía Nacional de Danza Contemporánea, que tiene su sede en la Dirección Nacional de Música -el bello edificio de la antigua Biblioteca Nacional- fue creada en el año 2009 como un conjunto oficial. El grupo dirigido por Bettina Quintá, Victoria Hidalgo y Ernesto Chacón, actualmente reducido en número de bailarines, tiene objetivos amplios y generosos en cuanto a la difusión del género, la irradiación al resto del país y el carácter del repertorio. Iniciaron en estos días su temporada 2010 con el estreno de La que sepamos todos, del coreógrafo Rakhal Herrero, una obra hecha de la unión de diferentes situaciones coreográficas y/o teatrales y que toca aspectos relacionados, por decirlo de un modo altisonante, con el ser nacional.

Rakhal Herrero nació en Córdoba hace veintinueve años y se formó inicialmente en teatro -tomó seminarios con Rafael Spregelburd y Alejandro Catalán, entre otros- y luego se acercó a la danza. En esta entrevista habla del proceso, las decisiones que lo llevaron a concretar esta obra que tiene algunos pasajes muy interesantes y otros, digamos, discutibles.

¿Llegaste con ideas concretas al primer ensayo?

La compañía me había pedido que trabajara, desde algún punto de vista, sobre cuestiones nacionales. Primero pensé que no tenía ideas muy arraigadas en ese sentido, pero después reconocí que soy argentino, cordobés. Me concentré entonces en la música como punto de partida. No música tradicional sino otras cosas: pop de los '90, por ejemplo; un tema quedó, un tema "grasa" pero que mucha gente de mi edad recuerda; después apareció música folclórica, el himno, Aurora, Jazzy Mel; no música patria sino algo periférico respecto del carácter patrio. Los bailarines, las música y algunas ideas: con todo esto comenzamos.

¿No pensaban aún en términos de danza?

Me interesa una perspectiva conceptual sobre la danza. La pienso no como pasos de baile, sino como movimiento. Creo que todo puede ser danza si está considerado desde un punto de vista coreográfico.

Hay una escena muy escatológica, en la que un muchacho acosa verbalmente a cuatro mujeres. ¿Por qué elegir la escatología, en la que ya estamos demasiado sumergidos el día entero? ¿No es redundante llevarlo casi literalmente a la escena?

Pienso que está bien el intento, que por otra parte tiene un sentido crítico, y fue una buena experiencia para estos bailarines que vienen de algo muy diferente como intérpretes. La clave de esta escena no es la obscenidad, sino sobre todo la combinación de distintos elementos kinéticos. Los bailarines habitualmente no están conectados entre sí, no se miran; yo quise trabajar sobre eso, el "estar" en escena, vincularse. En todo caso, me interesa profundizar más; me refiero a ese tipo de ajustes que en realidad necesita cualquier obra y que no pueden hacerse antes del estreno, porque hay cosas que dependen de cómo una obra se encuentra con el público.«
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Nota publicada por Sala de Prensa de la Jefatura de Gabinete de la Presidencia de la Nación. Para ver el video de esta entrevista ir al siguiente link: http://www.prensa.argentina.ar/2010/04/12/6975-vamos-a-discutir-politicas-para-la-danza.php

"Vamos a discutir políticas para la danza"

El titular de la Dirección Nacional de Artes, José Luis Castiñeira de Dios, adelantó que en septiembre se realizará la Fiesta Nacional de la Danza.

La Compañía Nacional de Danza Contemporánea presentará su último espectáculo este miércoles en el Centro Nacional de la Música. La invitación al show, que cuenta con entrada libre y gratuita, la hace la propia Secretaría de Cultura que en boca de su director nacional de Artes, José Luis Castiñeira de Dios, confirma también que en septiembre llegará un festival de danza que debatirá sobre políticas culturales.

Castiñeira de Dios reconoció que el actual ballet de danza contemporánea tiene una gran vocación de intercambio, de diálogo, con bailarines de todo el país, incluyendo a los que se especializan en otras músicas.
“Se trata de un equipo de gente muy joven, pero tienen una idea no convencional del rol de la música contemporánea, que muchas veces es un gueto. Ellos no conciben, por lo que tienen muy buena relación con el ballet folklórico nacional, por ejemplo. Les gusta cuando van a hacer presentación en las provincias dar talleres, enseñar, porque buscan un intercambio”, destacó el director de Artes de la Nación.

En este sentido, y sobre el espectáculo que brindará el ballet este miércoles, y que se repetirá en otras fechas y escenarios, Castiñeira de Dios no sólo calificó a la performance de “excelente”, sino que confirmó su presentación en la próxima Fiesta Nacional de la Danza, un espacio que buscará abrir puertas al debate sobre políticas culturales que hoy están faltando.

“Este año sobre la primavera se va a poner en marcha la Fiesta Nacional de la Danza, Corrientes y Chaco van a ser sede. Y creo que la compañía de danza contemporánea va a tener un papel muy importante en los ámbitos de las presentaciones, capacitación y en la reflexión, que la danza no ha encontrado hasta ahora un canal de discusión de políticas para la danza”, expresó Castiñeiras de Dios a Sala de Prensa
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Nota de Analía Orbez publicada en Danza Net ( http://www.danzanet.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=104%3Acia-danza-contemporanea&Itemid=69  ) 


La Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación es un nuevo elenco artístico creado en 2009 e integrado por bailarines de destacada trayectoria como Ernesto Chacón Oribe, Pablo Fermani, Victoria Hidalgo, Bettina Quintá, Wanda Ramírez y Jack Sysard. Este organismo de baile, que funciona con una dirección colectiva, busca fomentar la investigación y la experimentación hacia el encuentro de un lenguaje que identifique a la Argentina en el ámbito de la danza contemporánea.

“La compañía nace de un lugar que tiene que ver con volver a los ideales, de llegar a lo social y de tocar también temáticas sociales, involucrarse con la gente, y que no quede solamente en el lugar del artista por un lado y el que lo está observando por otro”, afirma Bettina. “Nosotros tratamos que en todas las coreografías se toque lo argentino, ya sea desde la música, desde la temática, o desde la coreografía, porque uno de los objetivos de la Compañía es encontrar la identidad nacional dentro de la danza contemporánea”, agrega Ernesto.
Llevar sus obras a cárceles, hospitales, fábricas recuperadas, villas, es otra de sus metas. “En julio tal vez sale una función en una cárcel y queremos llevar cosas alegres, transmitir un poco de felicidad, un mensaje esperanzador”, afirma Wanda. “Poder llevar nuestro lenguaje, nuestro trabajo, nuestra forma de expresar a un lugar donde es muy duro vivir el día a día va a ser una experiencia muy enriquecedora”, sostiene Pablo.
El trabajo social ya había empezado cuando, en febrero, la Compañía fue a Chaco y brindó clases y seminarios gratuitos. “Había gente de todo tipo, desde bailarines, gente con recursos para tomar clases, gente con cero recursos, gente mayor, gente que nunca había hecho danza, psicólogos, amas de casa”, cuenta Bettina. Al final de la semana, realizaron una muestra que gustó tanto que cada vez que hay un evento en Chaco la repiten. “Lo importante no es solamente bailar nosotros para la gente sino ayudar a que sirva de disparador para otras cosas. Ése es el objetivo, alcanzar a todo público, interactuar”, concluye la bailarina.
En este primer programa, que se ofrece en el Centro Nacional de la Música y la Danza, la Compañía ofrece un repertorio mixto con coreografías propias, de Ramiro Soñez y del grupo Nuevos Rumbos. La música –de Gabriel Cichero, Raúl Malosetti, Rolando Goldman y Francisco Canaro, entre otros– es parte escencial de la obra. Melodía y danza conforman una unidad inseparable. Los movimientos y los sonidos se tejen de manera tal que es imposible pensar los unos sin los otros.

Cuatro obras. Cuatro ideas. Cuatro sensaciones distintas se transmiten en cada pieza. Identidad, memoria, alegría y pasión son algunos de los temas que recorre este programa. 
La primera de ellas, Algo de mí, con coreografía y dirección de Ramiro Soñez, comienza con sonidos fuertes, duros y penetrantes, mientras los cuerpos de los bailarines se entrecruzan en un ir y venir de lucha, de movimientos bruscos y agresivos. Un intenso juego de miradas, la música, por momentos irritante, la búsqueda de callar al otro, los golpes de las manos y los pies que suenan fuertes en el suelo y en la piel generan un clima donde se filtran la tensión y la violencia. Algo de mí permite pensar cómo nuestra identidad es resultado de una construcción basada en las relaciones con los otros cuerpos. Pablo explica: “esta obra es un poco la hija de Déjame hablar. Ramiro Soñez la tomó como inspiración y puso su lenguaje, que es muy particular”. Déjame hablar nació a partir del conflicto de los bailarines con el Teatro San Martín del que fueron despedidos a causa de sus pedidos razonables de regularización laboral y, según Wanda, “se creó para expresar eso que no podíamos decir en ese momento”.
In Memoriam es la segunda obra de este programa, con coreografía, dirección e interpretación de Jack Syzard. Esta pieza, que comienza muy metafórica con un escenario oscuro, el vestuario negro, que construye una atmósfera de tristeza y de pesar, es en memoria de los soldados caídos en la guerra de Malvinas. El bailarín transcurre un camino de dolor, de sufrimiento, hasta la entrega final. La última parte es más literal: cruces iluminadas sobre la tela negra del fondo del escenario, la sangre sobre el cuerpo, las heridas y el recuerdo de aquellos hechos que no deben ser olvidados; marcas y huellas que quedarán impresas en la memoria de una sociedad, una familia o una persona.
La tercera obra es una creación colectiva de la Compañía. Charanda cobra vida a partir de la música del charango –un instrumento típico argentino– y la guitarra, y su fusión con la danza. Los bailarines se inspiraron en la energía de los sonidos; los movimientos fluyen al compás de la música. Un vestuario colorido y llamativo acompaña a los intérpretes en su continuo dejarse llevar por los cuerpos de los otros y por los sonidos de las músicas. “Cada uno fue buscando imágenes diferentes que tienen que ver con el sentir de la música”, asegura Wanda. “Las músicas nos las cedieron Raúl Malosseti y Rolando Goldman de discos de ellos y lo bueno también fue que a ellos les interesó tocar en vivo. Y para nosotros esa experiencia fue bárbara”, cuenta Bettina. “Nosotros bailábamos siempre algo que nos marcaban y Charanda fue uno de los primeros trabajos propios que consiste en la libertad de hacer lo que nos gusta y transmitir ese placer y esa felicidad que nos da el bailar”, dice Wanda.
Divina Danza es la última obra de este primer programa de la Compañía. Creación colectiva del grupo Nuevos Rumbos, la pieza recorre el camino de tres parejas que, conducidas por las sugerencias del tango, se dejan llevar por los senderos de la sensualidad y la fascinación. Las parejas entran y salen del escenario con pasos ágiles y volátiles, mientras se entrecruzan en una danza plagada de abrazos, caricias, pasión y seducción. La obra se basa en el amor. Y hay diferentes colores del amor, la pareja amor-odio, la pareja romántica y la pareja sensual, sexy. Bettina relata el origen de Divina: “el motivo por el que el Teatro San Martín dijo que nos despedía era artístico, pero para demostrar que no era artístico sino político, el Ballet Folklórico se solidarizó con nosotros; nos dejó participar en una función del Cervantes en abril del año pasado, entonces tuvimos que armar una coreo. La orquesta Juan de Dios Filiberto nos cedió la música que tenía arreglos de Atilio Estampone. Los organismos de Nación nos prestaron su colaboración y gracias a ATE, (Asociación de Trabajadores del Estrado) que también nos ayudó, llegamos ahí a bailar y estrenamos la primera parte de Divina”.
Los bailarines insisten en agradecer a las autoridades de la Secretaría de Cultura de la Nación. “Si no fuera porque ellos tuvieron la cabeza abierta, no podríamos llevar adelante este proyecto, este sueño que tenemos”, asegura Pablo. “Por suerte acá vieron lo que nos pasó, la trayectoria que teníamos como artistas, el pensamiento ideológico que teníamos como personas y cómo encajaban nuestros objetivos con los de la Secretaría, por eso aprobaron lo que proyectábamos y aceptaron que sigamos trabajando en forma colectiva, como lo hicimos en 2008 con el grupo independiente Nuevos Rumbos”, narra Bettina.
Trabajar de esta forma tiene sus pros y sus contras. “Como ventaja yo rescato que son seis opiniones diferentes, seis perspectivas sobre un mismo tema. Y su contra, que también tiene su aspecto bueno, es que cada decisión que se toma implica pensarla, debatirla y llegar a un acuerdo; y eso es costoso”, dice Pablo. “Hay algo que nos unifica que es el objetivo final: que esta Compañía funcione y tenga buenas resultados. Entonces cada decisión se discute en pos de esos objetivos”, dice Ernesto y agrega “de alguna manera es un ejercicio de democracia lo que hacemos acá, donde yo digo pero tengo que escuchar, tolerar, participar”.
La Compañía ya está trabajando en el segundo programa, que se estrenará en agosto, y en el que habrá dos coreógrafos invitados: Jorge Amarante y Rakhal Herrero, con dos propuestas totalmente diferentes pero muy interesantes. También contará con la participación de un grupo invitado independiente.
La idea es llevar este programa por el interior del país. Wanda afirma: “En septiembre vamos a ir a Chaco, a Tucumán, posiblemente a Mendoza y en noviembre a Córdoba con parte del segundo programa y parte del primero”.

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Reportaje de Laura Falcoff a Jack Syzard, Wanda Ramírez, Pablo Fermani, Victoria Hidalgo, Bettina Quintá y Ernesto Chacón Oribe, publicada en el diario Clarín  http://edant.clarin.com/diario/2009/05/08/espectaculos/c-01001.htm

Un buen baile para transmitir valores

Bajo la órbita de Cultura de la Nación se creó esta compañía, con seis directores que son, además, sus bailarines

Un nuevo conjunto de danza contemporánea oficial acaba de formarse: es la Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación, con sede en la Dirección Nacional de Música de la calle México (la antigua Biblioteca Nacional) y como su nombre lo indica se encuentra en la órbita de la Secretaría de Cultura de la Nación. Es un grupo altamente singular: está integrado -por el momento- por seis bailarines que son al mismo tiempo, los seis, sus propios directores. Todos ellos acreditan una carrera importante como intérpretes ya que provienen del Ballet Contemporáneo del San Martín, donde trabajaron durante períodos de diferente extensión; los que más, diez años; los que menos, tres.

Sus nombres son Ernesto Chacón Oribe (Figura de la Danza en los Premios Clarín Espectáculos del año 2007), Pablo Fermani, Victoria Hidalgo, Bettina Quintá, Wanda Ramírez, Jack Syzard. Es una pequeña comunidad de intereses y objetivos compartidos y así la entrevista asume un carácter inevitablemente colectivo, porque importa más lo que se dice que quién lo dice.

¿Cómo funciona una compañía de danza con seis directores?

Teníamos la necesidad de trabajar juntos, buscar una manera diferente de hacer arte. El año pasado formamos el grupo independiente Nuevos Rumbos e hicimos todo entre todos: nos dábamos clases entre nosotros, creamos las coreografías, hicimos la difusión. Contamos en ese momento con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, que nos dio este lugar para bailar y pasajes para algunas giras. Luego presentamos una carpeta con el proyecto de un grupo estable y eso es lo que se puso en marcha este año. Un rasgo importante de esta compañía es la convicción de que la danza, y el arte en general, son vehículos para transmitir valores a la sociedad; la forma en que nos organizamos forma parte de este principio¿ pero nos está costando mucho.

¿Cuáles son sus objetivos?

Queremos relacionarnos con la gente y que la compañía tenga un contenido más social; bailar no exclusivamente en teatros y no para una cantidad limitada de gente; queremos hacerlo también en cárceles, hospitales, fábricas recuperadas, villas. Haremos también funciones a beneficio de distintas causas, como ocurrió recientemente, cuando bailamos en Salta para colaborar con la ciudad de Tartagal. Y además queremos trabajar con coreógrafos no sólo de Buenos Aires sino también del interior.

Los organismos artísticos que dependen de la Secretaría de Cultura de la Nación no pueden cobrar entrada, ¿es también así en el caso de ustedes?

Sí, la entrada a nuestros espectáculos es siempre gratuita; cuando ocasionalmente se cobra un bono es porque ese dinero va a destinarse a un beneficio. En Salta hicimos esas dos funciones, pero además dictamos tres cursos gratuitos de diferentes técnicas de danza para bailarines de la capital salteña.

¿Cuál es la mayor dificultad de dirigir de manera colectiva?

Las dificultades son también las ventajas; o en todo caso, hay que transformar las dificultades en ventajas. Al principio había más orden que desorden, pero ahora, como el objetivo está más claro, el orden aparece solo.

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 Reportaje de Mariela Encina Lanús a Ernesto Chacón Oribe, publicada en la Agencia DesdeMendoza 
Día Internacional de la Danza: Bailarines en la diversidad
Publicado por Desdemendoza
La Compañía Nacional de Danza Contemporánea debuta esta noche. Un día después será el turno de los ballets locales. Para curiosos. La charla surge como el movimiento en un Jam de Contact: desde la improvisación. Y no hay técnica mejor para bailar entre palabras. “¿Cómo definirías la danza contemporánea?, le preguntamos al final de esta coreografía verbal y él, un experto en la materia, arriesga una respuesta para una inquietud -un lugar común- que siempre flota entre claroscuros: Uy, qué dificil... si alguien se pregunta qué es la danza, es porque es curioso; entonces no le queda más que venir y ver.
Sí, hay que ver: los secretos del movimiento sólo se vuelven inteligibles en la acción, cualquiera sea el escenario. La danza es un medio transmisor de un mensaje, que cada uno recibe -interpreta- de manera diferente, afina en diálogo con Estilo Ernesto Chacón Oribe.
Ernesto dirige junto a Bettina Quintá y Victoria Hidalgo la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, formación porteña que esta noche debuta en el teatro Independencia con un espectáculo gratuito. La propuesta asoma de entre las actividades programadas por el Día Internacional de la Danza y abraza cuatro piezas coreográficas: Abril, Retazos pequeños de nuestra historia mas reciente... (estos dos primeros, estrenos), 8 pies y Charanda.
Y para muchos, se trata de un gratísimo arribo. Es que además de mostrar en escena la punta del iceberg de este inmenso lenguaje expresivo, aquí, los integrantes de la compañía compartieron experiencias a través de seminarios de barra a terre, técnica contemporánea, fly low y hip hop.
En pleno movimiento, nuestro partenaire describe el cuerpo de bailarines que integra. La CNDC fue creada en febrero de 2009, cuando la Secretaría de Cultura de la Nación -que por entonces coordinaba José Nun,  recuerda Ernesto- aprobó un proyecto motorizado por el grupo Nuevos Rumbos que proponía la existencia de un elenco artístico de dirección colegiada.

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Nota de Constanza Bertolini en La Nación por la actuación de la CNDC en la carcel de Ezeiza


Bailar en una senda más social

La Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación actuó en la cárcel de Ezeiza

Lunes 02 de noviembre de 2009

De los 6 a los 12 años, estudió danza clásica en Olivos. Después, le dio por el folklore y, más tarde, se metió en otros bailes. "Quería ser bailarina, pero me desvié", dice Lorena, presa por robo, cuando termina de darle la mamadera a su nena de siete meses. "Desde que tengo a ella, el tiempo pasa más rápido." Las dos parecen encantadas con el espectáculo que acaban de ver. La Compañía Cultura Nación, joven ensamble de danza contemporánea, está en la cárcel de mujeres de Ezeiza frente a decenas de presas -procesadas y condenadas, con hijos o sin ellos, jóvenes y más maduras, aunque el promedio de edad es de 30 años- para cumplir con el primer paso de una senda de trabajo ligado a lo social que sus integrantes imaginaron desde que empezaron a andar, en febrero de este año.
El salón de usos múltiples del penal es, periódicamente, sede de las actividades del programa Arte en las Cárceles. Así lo refiere el director de esta Unidad 31, Juan Carlos Beltramo ("Beltramo significa «buen camino»", acota él, espontáneamente), cuando invita a recorrer los pasillos que van de la desangelada postal de acceso que supone toda cárcel al SUM. Al paso, con un dejo de orgullo, comenta algunos aspectos de la institución: que las instalaciones están preparadas para una población mayor que la actual; que el delito más común es por drogas, "lo que se conoce como mulas"; que de las 182 internas, 56 son madres con hijos; que estas últimas tienen una planta exclusiva y tan nueva que la Presidenta todavía no la inauguró, pero pronto lo hará. Tal vez por el preámbulo, cuando se llega al salón grande y frío en cuestión -en el contexto de calor abrumador del viernes último estas características podían volverse hasta amables-, no sorprende la presencia de cochecitos de bebe entre los largos bancos de madera que dibujaban la platea para el espectáculo.
Como aperitivo de bienvenida a la actuación del grupo de danza, algunas presas participantes del taller de guitarra que coordina Raúl Malosetti ofrecen un breve recital. Tocan "Vasos vacíos", cantan aquello de "Flaca, no me claves tus puñales en la espalda", y después toman el camino del folklore. El mismo rumbo que, tras el dúo 8 pies , siguen las parejas principales de la compañía Cultura Nación.
Un movimiento, un mundo
Charanda se pone de relieve por impregnar de color el mediodía, con sus músicas tan de acá para palmear. Pero con el transcurso de la coreografía el color pierde protagonismo frente a las formas. Como le sucede a la mayoría, la mujer de la primera fila que pedía "que entren los bombones en escena" no puede ahora contener su risa nerviosa ante un abrazo, una levantada, un encuentro cercano entre los cuerpos. Cada movimiento se resignifica allí, genera nuevas emociones, devuelve otras impresiones. "Espontáneas impresiones", remarcará una bailarina, después.
Desde su banco, Bendita estira el cuello para no perderles pisada y no deja de aplaudir. Cuando no es con las manos, lo hace con los ojos. A ella le "tiraron" 25 años por homicidio y robo calificado. Doce los pasó en su provincia, Río Negro, donde quedaron sus siete hijos, y ya lleva dos en Ezeiza. Cuenta que hizo muchas cosas en la cárcel, que entró analfabeta y que dentro de tres materias termina el secundario. Tal vez, salga abogada.
Constanza Bertolini

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Nota realizada por la periodista Marita Des para la pagina web “Tus distracciones” a Victoria Hidalgo, Bettina Quintá y Ernesto Chacón Oribe, directores de laCompañía Nacional de Danza Contemporánea de Argentina.
“Retazos pequeños de nuestra historia más reciente"
domingo 14 de noviembre de 2010
El histórico Teatro Nacional Cervantes abre sus puertas para presentar el espectáculo gratuito de danza contemporánea, del bailarín Daniel Payero.
Una oportunidad imperdible para todo el público, la Compañía Nacional de Danza Contemporánea se presenta todos los sábados y domingos de noviembre a las 15.30 hs.
Para conocer los entretelones del show, Tus Distracciones charló con la Direccion Colegiada y Artistica de la Compañia, formada por Bettina Quintá, Victoria Hidalgo y Ernesto Chacón Oribe...
- ¿De qué trata la presentación?
- El espectáculo que estrenamos este fin de semana, tiene un fuerte compromiso social y de memoria de nuestra historia. Trata de varios hechos sucedidos en la época de la dictadura y los cambios que eso género, entre otros temas.
- Ofrecen espectáculos gratuitos…
- Nuestros espectáculos son siempre gratis, por ser un organismo de la Secretaria de Cultura de la Nación. En excepciones son a beneficio de alguna entidad y con una contribución mínima previamente estipulada con las autoridades. Todos los organismos de la Secretaria dan espectáculos gratuitos y nosotros estamos muy felices de que así sea para que todo el mundo tenga acceso a los mismos y generar mas cultura social para todos.
- ¿Qué expectativas tienen?
- Que el público pueda disfrutar de un espectáculo pensado con toda la calidad artística que se merece y que luego de la función se vayan tanto felices de haberlo visto, como así también pensando en lo que se quiso decir. Ese es nuestro rol como artistas.
Podrán hacer desaparecer todas las flores, pero la primavera jamás... Renacerá, renacerá... como la luz que renace cada día. Dedicada a todas aquellas personas que sufrieron la irracionalidad del hombre, y con la esperanza de que nos invite a reflexionar para que nunca más dejemos que suceda.
Tus distracciones / Marita Des
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Nota realizada por la periodista Gema Gallardo para el Diario “UNO” de Mendoza a Ernesto Chacón Oribe, co-director de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea de Argentina.
Estrenos en el Día de la Danza
La Compañía Nacional de Danza Contemporánea ofrecerá esta noche un espectáculo en el teatro Independencia. La entrada es gratuita y será la primera presentación de dos obras que pertenecen al ballet.

Hoy en todo el mundo se conmemora el Día Internacional de la Danza y para celebrarlo la Compañía Nacional de Danza Contemporánea se presentará en el teatro Independencia. Allí ofrecerá dos obras en calidad de estreno nacional.
Esta compañía es un elenco artístico formado hace apenas un año y está integrado por bailarines de reconocida trayectoria. Este ballet funciona con la dirección colegiada entre Ernesto Chacón Oribe, Victoria Hidalgo y Bettina Quintá.
“Es una forma de conducción verdaderamente contemporánea y acorde a los tiempos democráticos en que vivimos”, detalla Chacón Oribe, quien junto a toda la compañía se encuentra en nuestra provincia desde el lunes, ya que vinieron a ofrecer, además del show, talleres de capacitación para bailarines.
“Nosotros éramos integrantes del ballet del teatro San Martín (Buenos Aires), que fuimos dejados cesantes. Así, formamos un nuevo elenco bajo el nombre de Nuevos Rumbos y con el cual vinimos a Mendoza. Durante 2008 hicimos varias funciones para la Secretaría de Cultura de la Nación y, como todos fuimos formados en el Colón o en el San Martín, la Nación nos contrató para formar esta compañía. En realidad, es como un rescate que hace, ya que todos nos formamos en instituciones públicas”, explicó el bailarín y director.
Y agregó: “Nuestro objetivo es fomentar la investigación y la experimentación en la búsqueda de un lenguaje que identifique a la Argentina en el ámbito de la danza contemporánea mundial. Pero también tenemos un perfil social y por eso ofrecemos funciones en cárceles o en villas miserias. Además, todas nuestras presentaciones son con entrada libre y gratuita”, destacó Chacón Oribe.
Los estrenos
Con respecto a las dos obras que esta noche se estrenarán en nuestra provincia, el director de la compañía explicó que “Abril es una creación colectiva de la compañía y trata de trasmitir aquello que se siente en el otoño, con el destierro, las despedidas, los viajes. Son sensaciones y recuerdos que todos tenemos. Esta pieza fue estrenada y creada especialmente por integrantes del grupo Nuevos Rumbos para el International Festival Dance Tel Aviv, en 2008, y es la primera vez que se verá en nuestro país”.
El otro estreno nacional será Retazos pequeños de nuestra historia más reciente, una obra que Daniel Payero creó para los nuevos integrantes del elenco y que tiene música de Chango Spasiuk.
Estas dos piezas formarán parte del programa que incluye 8 pies y Charanda. Este ballet oficial se completa con Luciana Benosilio,Juan Cid, Pablo Fermani, Diego Franco, Virginia López, Daniel Payero y Victoria Viberti.

Diario Uno / Gema Gallardo

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Reportaje de Constanza Bertolini publicada en el diario La Nación ( 


Programa mixto, con entrada gratuita
Se estrena Grapa tango , un trago contemporáneo


La obra de Jorge Amarante se verá desde esta noche

Martes 13 de octubre de 2009 |
                           
El coreógrafo Jorge Amarante estrenará esta noche, a las 20, con la Compañía Cultura Nación su obra Grapa tango, trabajo que montó para el Ballet de Monterrey hace un par de años y que se verá por primera vez en nuestro país. En verdad, se trata de una nueva versión de aquella coreografía, que el creador retomó y amplió de vuelta de México. "La obra parte de una investigación sobre el movimiento, que fusiona dentro de mi lenguaje el tango con lo contemporáneo. Hay muchísimos pasos de tango que, a la vez, no tienen nada que ver con el tango", trata de ilustrar Amarante, quien también se refiere a la diferencia en los procesos transitados con el ballet mexicano y este joven elenco. "La compañía de allá tiene un repertorio fuerte en clásico y en neoclásico, y la de acá es completamente contemporánea. A pesar de esa diferencia, la parte del tango les resultó complicada a los dos. Fue una grata experiencia, justamente por la variedad de los bailarines, y creo que con cada grupo la obra tomó una estética particular."
La historia del coreógrafo con el tango se remonta a doce años atrás, cuando hizo una primera pieza "lineal y en puntas". Luego llegó Momentos, que formó parte de la temporada 2008 del Ballet del Colón, cuando él
dirigía artísticamente el Estable junto con Olga Ferri. "El tango me fue llamando cada vez más la atención y, este año, monté una obra en Colombia, Tangueándonos . Fui así, metiéndome cada vez más, solito, investigando."
Así, con grabaciones de temas compuestos por Carlos Libedinsky (Narcotango) y otras músicas electrónicas que no necesariamente adoptan el ritmo del 2x4, Grapa tango se verá en la sala donde el grupo de cámara reside en el edificio histórico de la Dirección de Música y Danza, México 564. La puesta original estará adaptada a las posibilidades técnicas de este espacio, que no son las de un teatro.

El que baila y convida...

Con el espectáculo Partido y compartido , la Compañía Cultura Nación de danza contemporánea empezará a abrir su espacio a otros grupos. Convidar un poco de lo que tienen. De hecho, el programa mixto que se verá con entrada gratuita a partir de hoy, incluirá, además del dúo 8 pies, de Ramiro Soñez, la obra Dos u no uno, de Emanuel Ludueña, que interpretará un grupo dirigido por este último creador. 
A propósito de la idea del ciclo, los integrantes-directores de la Compañía Cultura Nación resaltan que "propone a grupos independientes un espacio de expresión y busca promocionar su actividad, con la
pretensión de unir la danza oficial con la independiente, para generar un intercambio de experiencias y de públicos".

Constanza Bertolini

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Nota de Lucho Bordegaray publicada en el Blog periodístico Montaje Decadente (http://montajedecadente.blogspot.com/2010/01/06.html ) 

miércoles, enero 06, 2010

Lo que nos dejó 2009 // Las actitudes nobles de la Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación

No sólo de estéticas viven las artes escénicas. También hay ética, y del compromiso con ella surgen conductas nobles, actitudes ejemplares. Pienso entonces en la Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación, pues mientras su labor artística crece y se consolida en cada nueva presentación –ahondando la búsqueda de una estética propia y aportando una mirada bella y necesaria de la identidad cultural argentina–, a la vez son un modelo de equipo de trabajo.
Como artistas, Bettina Quintá, Ernesto Chacón Oribe, Jack Syzard, Pablo Fermani, Victoria Hidalgo y Wanda Ramírez codirigen todos sus espectáculos. Además, como esa compañía fue creada recientemente, están poniendo las bases de cómo funcionará ese ballet nacional. Y siempre vale la pena recordar de dónde vienen: son quienes reclamaron los más básicos derechos para quienes trabajan en el Ballet Contemporáneo de Mauricio Wainrot (para qué denominarlo “del San Martín”, si el director lo maneja como si fuera el patrón de la estancia) y, por hacerlo, no se les renovó el contrato, demostrando cobardía hasta para despedirlos.
Hay que sumarle a esto la generosidad que demostraron en 2009 al abrir sus funciones para compartirlas con otros grupos. Así, lejos de monopolizar ese espacio público que poseen como compañía de danza de la Secretaría de Cultura de la Nación, lo ganaron también para sus colegas.
Es más: incluso han demostrado que para ser solidario hace falta más voluntad e inteligencia que recursos económicos y, en la segunda mitad del año pasado, acompañaron el programa de mano con un listado de todos los espectáculos de danza contemporánea que se presentan en la ciudad, invitando incluso a que se les comunique cualquier otro del que no hayan tenido conocimiento al confeccionar esa cartelera.
Siempre me ha llamado la atención cuánta felicidad transmiten los rostros de Bettina, Ernesto, Jack, Pablo, Victoria y Wanda mientras bailan y mientras reciben el siempre fervoroso y agradecido aplauso de su público. Ahora sospecho que no se trata solamente de un deleite originado en haber hecho un excelente trabajo artístico. No. Me parece que esta gente rebosa generosidad y compromiso, y de ahí su plenitud.

Lucho Bordegaray - Montaje decadente


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Nota de Patricio Féminis publicada en la revista Caras y Caretas (http://www.carasycaretas.org/2242/n6.asp)
UN CACHO DE CULTURA Diciembre de 2009

ZAPATILLAS EN EL AIRE

El campo profesional de la danza contemporánea y clásica atraviesa un presente complejo en el país: además de proyección laboral y apoyo sostenido, faltan espacios y opciones generadas desde el Estado.

No sólo existe el individualismo, el narcisismo del artista en soledad: el complejo presente de la danza clásica y contemporánea en la Argentina, más allá de la incansable afluencia de compañías, ballets y proyectos, ilustra las políticas pendientes hacia el arte en zapatillas, los desencuentros que viven quienes bailan y buscan excelencia en movimiento. “Hoy, al no haber un proyecto cultural fuerte hay energías desperdigadas”, dice Beatriz Durante, presidenta del Consejo Argentino de la Danza, coreógrafa y creadora del UBAllet.
Hay una inquietud que resuena a coro entre los protagonistas de la danza académica de Buenos Aires, y del resto del país, como voz de alerta: ¿por qué tener, sólo como espacios clave de proyección profesional, el Instituto de Arte del Teatro Colón o el Taller de Danzas del Teatro General San Martín? Responde Rodolfo Lastra, hoy director del Ballet Estable del Teatro Argentino de La Plata, ex primer bailarín y director de Danza del Colón, y luego coordinador de Danza en Nación (estuvo hasta 2003, con dos años sin percibir sueldo). “El presente de la danza tiene que ver con el estado general del país, la falta de presupuestos. En el Argentino tuvimos que hacer reposiciones para optimizar vestuarios y escenografías. Pero el resultado es satisfactorio y tenemos un buen plan para 2010.”
En el desarrollo local, de cuentas pendientes y acciones deseables, persisten aquellas dos islas: el Teatro Colón (y su ballet estable) y el Teatro San Martín (y su Ballet Contemporáneo, que dirige Mauricio Wainrot); ambos son espacios de excelencia, pero cruzados por la magra jubilación y los devaneos económicos. El caso del Colón es una radiografía en escala del país: la reapertura, con fervor de Bicentenario, está anunciada para el 25 de mayo de 2010, pero el ballet estable convive con la disolución de áreas y la burocracia administrativa. “Ahí el problema no es gremial, como dicen. Falta una visión a largo plazo y a los directores de danza no los dejan actuar”, dice Guido Di Benedetti, director del Ballet Neoclásico de Buenos Aires y ex director del cuerpo de danza del Colón.
En la Secretaría de Cultura de la Nación hay una realidad distinta: no existe aún un Instituto Nacional de Danza y se diluyó la figura del director de Danza, algo clave en una actividad tan compleja y específica. Aunque el pulso cambió en 2009, al crearse la Compañía Nacional de Danza Contemporánea Cultura Nación, con siete bailarines contratados –también codirectores y coreógrafos de sus propias obras–, no existen aún concursos o formación y el único ballet es el Folklórico Nacional. El mapeo territorial ofrece focos artísticos destacables: los ballets clásicos provinciales (Buenos Aires, Chaco, Salta, Tucumán, Bahía Blanca, etc.) y numerosas compañías independientes. “Salvo los dos elencos oficiales, muchos privados avanzan a pulmón. Y como además carecemos de una ley de mecenazgo, hacen un esfuerzo ciclópeo. Chapeau, entonces”, dice Durante.
Y no esconde su fe en el futuro del Teatro Colón, en medio de los recortes de gastos y las reestructuraciones internas. “Tengo confianza en que Pedro García Caffi, su director general, y Lidia Segni, directora del Ballet, sacarán adelante al cuerpo de baile. Para 2010, la programación va a ser soberbia: hay un signo de interrogación pero con esperanza.” Aun reconoce que hay reclamos justos: “La jubilación y los haberes. Claro que si se interrumpen el trabajo, si el bailarín no baila, es como si se muriera. Y si se programan pocas funciones, se acabó el Ballet Estable”.
El talento argentino repartido en los ballets del exterior acelera los tiempos, la marcha a contrarreloj que vive todo bailarín. “En la Argentina el nivel es muy bueno; si se lo asumiera se lo explotaría mucho más”, dice Bettina Quintá, de la Compañía Cultura Nación. Hace años “la Secretaría de Cultura tenía presupuesto para la danza; para que la gente formada en Buenos Aires pudiera proyectarse al interior. Eso ha mermado”, dice Durante, y opone un ejemplo fértil: el ballet del San Martín. “En la ciudad, Mauricio Wainrot motoriza un proyecto definido y concreto. Nada les hace torcer el rumbo: ese es el modelo.”
Nada les tuerce el rumbo: ni la pelea por mejores condiciones de contratación, de seguridad o de oficialización del ballet, que en 2007 iniciaron sus miembros –en medio de severos accidentes laborales–. El reclamo llevó al despido de doce de sus primeros bailarines pero la llama siguió ardiendo: el ballet, con su taller de Danzas Contemporáneas, lograron la ART, el recibo de sueldo. Y varios de los despedidos devinieron en la Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación, una buena luz para la actividad: para 2010, sus integrantes, también codirectores, esperan ampliar a doce el cuerpo de bailarines y generar concursos, participación e inserción social: la danza no es sólo arriba del escenario.
“Una compañía estatal debería hacer repensar el rol del artista, del bailarín”, dice Ernesto Chacón, uno de sus integrantes. “Los artistas en general somos muy individualistas; nosotros queremos trabajar colectivamente y difundir lo contemporáneo.” Lo pendiente, el porvenir, necesita del Estado: organizar las energías dispersas. “Nación debe mejorar el apoyo a las compañías de danza contemporánea independientes, con espacios de ensayo y proyección”, dice el director de Música y Danza, Eduardo Rodríguez Arguibel. Y sigue Quintá: “Tenemos el proyecto Partido y Compartido, para mostrar esa diversidad de pensamientos, coreógrafos y movimientos”.
Porque “los bailarines necesitan contención y oportunidades”, evalúa Lastra. “En la Secretaría de Cultura debería volver la figura del director de Danza, para que el que esté se dedique en profundidad.” Lo entiende Rodríguez Arguibel: “Es necesario ese cargo. Creo que Jorge Coscia está de acuerdo con esto”. En sintonía con esta necesidad de dar cabida a lo venidero, hace años que varios grupos de danza clásica y contemporánea debaten –con el respaldo de instituciones como el CAD, Arte XXI, Cocoa– una (postergada) ley nacional de danzas que unifique recursos y voluntades. “La hemos discutido, y aún esperamos que nos tomen en cuenta”, dice Durante.
Y las acciones no dependerán sólo de voluntades personales, tal vez piense Mariela Queraltó, coordinadora de danzas en Nación. “Siempre me pregunto si son importantes las leyes con relación a la danza o las políticas culturales, que deberían lograr continuidad más allá de quién esté al frente.” Para que la danza, el movimiento volcado al hecho estético y colectivo, logre proyección futura: y que las compañías no bailen en el aire.

Patricio Féminis – Caras y caretas

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Danza con sentido social


Miércoles 23 de Septiembre de 2009 | La flamante Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación se presentará esta noche, en el Teatro San Martín. Una propuesta que pretende llegar a todos los públicos del país. Entrada gratuita
Un grupo de danza con seis directores que, al mismo tiempo, son también bailarines. Esa es la extraña y novedosa conformación de la flamante Compañía de Danza Contemporánea Cultura Nación, que se presentará esta noche, a las 22, en el Teatro San Martín (avenida Sarmiento y Muñecas), en el marco del Septiembre Musical que organiza el Ente Cultural de Tucumán.
La agrupación, que se formó este año y tiene su sede en la Dirección Nacional de Música de Buenos Aires (la antigua Biblioteca Nacional), estará acompañada en esta oportunidad por los músicos Raúl Malosetti y Rolando Goldman, que actuaron anoche en el Caviglia. La entrada es libre y gratuita.
El grupo de danza está integrado por bailarines de reconocida trayectoria, ya que provienen del Ballet Contemporáneo del San Martín. Sus nombres son Ernesto Chacón Oribe (que se impuso como Figura de la Danza en los Premios Clarín Espectáculos de 2007), Pablo Fermani, Victoria Hidalgo, Bettina Quintá, Wanda Ramírez y Jack Syzard. "Teníamos la necesidad de trabajar juntos, de buscar una manera diferente de hacer arte. El año pasado formamos el grupo independiente Nuevos Rumbos e hicimos todo entre todos: nos dábamos clases entre nosotros, creamos las coreografías, hicimos la difusión. Contamos en ese momento con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Nación, que nos dio este lugar para bailar y pasajes para algunas giras. Luego presentamos una carpeta con el proyecto de un grupo estable y eso es lo que se puso en marcha este año. Un rasgo importante de esta compañía es la convicción de que la danza, y el arte en general, son vehículos para transmitir valores a la sociedad; el modo en que nos organizamos forma parte de este principio", señaló a la prensa Chacón Oribe.

Baile para todos

El objetivo del grupo, según adelantó el bailarín, es  fomentar la investigación y la experimentación, en la búsqueda de un lenguaje que identifique a la Argentina en el ámbito de la danza contemporánea mundial. "Queremos relacionarnos con la gente y que la compañía tenga un contenido más social; no bailar exclusivamente en teatros o para una cantidad limitada de gente; queremos hacerlo también en cárceles, hospitales, fábricas recuperadas y villas", señaló.
Esta noche, la compañía presentará obras del repertorio popular. En la primera parte, por ejemplo, se verá "Charanda", una pieza que cobra vida a través de la fusión del charango, la guitarra y la danza. La obra está compuesta por "La partida", de Víctor Jara, interpretada por toda la Compañía; "Huayno T", de Jorge Cumbo; "Estudio para charango", de Mauro Núñez; "Piedras peregrinas", de Ernesto Cavour y "En equilibrio", "Un día de agosto" y "Tan pasajero", todas estas de Raúl Malosetti. En tanto, en la segunda parte, se verán las obras "8 pies" y "Divina danza".
La Gaceta de Tucuman

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